jueves, 29 de junio de 2017

SAN JUAN BAUTISTA, PATRÓN DE ÍLLIMO

Íllimo tomó un nombre cristiano desde 1590, por Real Cédula de la Corona de España y por esta razón pasó a llamarse San Juan Bautista de Íllimo, quedando como Presbítero y Clérigo el Reverendo Padre Don Esteban Ramos.


El 24 de junio de 1861, se entronó majestuosamente la sagrada imagen en la Iglesia ya construida en su nombre, San Juan El Bautista, fue la persona que bautizó a Jesús en el río Jordán y es uno de los más grandes profetas del mundo cristiano.


La sagrada imagen de San Juan Bautista, habría sido esculpida en la Escuela de Bellas Artes de Quito en Ecuador, cuyo florecimiento se inició en 1556 con las pinturas del padre dominicano don Pedro Bedón autor de La Virgen de las Escaleras, florecimiento que se extendió hasta el siglo XIX. Incluyó a famosos pintores, escultores, arquitectos, plateros y hasta relojeros.


En esta escuela y bajo la hábil mano del artista Miguel Vélez, se habría formado nuestro patrón San Juan Bautista en 1845, traído a Perú en 1860 y entronado en 1861. De quienes lo trajeron, nada se sabe. Su fiesta se celebra desde 1861 y para sufragar los gastos de su hermandad, se le adjudicó un enorme terreno. Hoy todas sus propiedades han pasado a otras manos.


El 24 de junio de 1961, se celebró con gran entusiasmo el primer centenario de la entronización del Santo Patrón. El comité pro – centenario estuvo presidido por don Juan César Cabrejos Quiroz. Actuó de asesor el reverendo padre Pedro Novoa Rodríguez. La fiesta fue un acontecimiento sin precedentes. La Santa Misa con Te Deum fue oficiada por el Obispo de Chiclayo Monseñor Daniel Figueroa Villón.


En los últimos años esta festividad sigue siendo parte importante de la población del distrito de Íllimo, por tratarse del patrono del distrito, la hermandad “San Juan Bautista” es la institución que organiza la procesión año tras año, la cual se realiza el día central 24 de junio, la sagrada imagen recorre las principales calles cargada en su anda, la cual es acompañada por la danza de los diablicos, que representa la lucha entre el bien y el mal, la cual termina con el triunfo del bien con los diablicos arrodillados ante los ángeles.


Datos recopilados del Prof. Segundo Salomón Cabrejos Sandoval.