miércoles, 11 de enero de 2017

Guerrero de Íllimo (II parte)

El entierro del “Guerrero de Íllimo”, fue hallado a una profundidad aproximada de un metro en relación a la superficie del terreno, colocado directamente en la matriz arenosa de la zona. Ahí se encontró esta tumba materialmente compleja, perteneciente a un personaje de estatus social medio con un importante ajuar funerario, algunos de ellos de oro y mayormente cobre y cobre dorado. Las huellas de un textil desintegrado, sugieren que el contexto general fue cuidadosamente colocado sobre un conjunto de telas y cubierto de la misma manera antes de preceder a tapar con la arena misma.
El personaje central estuvo acompañado por dos mujeres que flaqueaban cada de sus lados derecho e izquierdo respectivamente. Las dos acompañantes fueron enterradas en posición sentada – flexionada. La mujer del lado oeste miraba hacia el este y estaba sentada y en posición rígida, mientras que la mujer del lado este miraba al norte (al igual que el Guerrero de Íllimo), y su posición ligeramente aplastada con la cabeza reposando sobre sus piernas. Todos los rostros de los difuntos habían sido pintados con un pigmento rojizo (probablemente cinabrio) por la colocación brillante del mismo.
El cuerpo del personaje central o “Guerrero de Íllimo” fue encontrado en posición extendida de cúbito dorsal y con el cráneo al sur. El brazo derecho estuvo directamente extendido al costado del cuerpo, en tanto que el brazo izquierdo fue flexionado con el propósito de colocar la mano sobre la región pélvica. Los restos óseos de todos los individuos muy probablemente preservados en delicado estado de conservación.
La mayor parte de estos objetos funerarios de esta tumba, fueron elaborados en cobre y cobre dorado y se hallaron severamente afectados por la corrosión, no obstante se han podido reconocer algunas formas de la misma.
El “Guerrero de Íllimo” probablemente llevaba una túnica funeraria y otra prenda de vestir encontrándose totalmente desintegradas y que debió estar adornada con muchas pequeñas láminas de cobre dorado de formas cuadradas y que originalmente debieron estar cocidas al textil. También llevaban orejeras de cobre dorado y alrededor se encontró un collar compuesto por cuatro pequeños objetos de oro laminado, representando cabecitas humanas bifaciales, las mismas se combinaban con dos pequeñas piedras ámbar y cuentas milimétricas de turquesa. También alrededor de su cuello se colocó un  gran pectoral de cuentas tubulares de cobre dorado. Por lo menos ocho pequeños atados alargados de puntas de cobre o de objetos representando puntas fueron colocados alrededor de la tumba, al igual que numerosos cuchillos en forma de tumi de cobre. Uno de los cuchillos fue encontrado por debajo del brazo derecho del guerrero de Íllimo, mientras que los restos por lo menos de siete tumis, fueron hallados a los pies de la acompañante del lado izquierdo, envueltos probablemente dentro de un textil. Un tumi también fue hallado adyacente a la acompañante del lado derecho. Como parte de los ornamentos, se hallaron diversos grupos de “Campanitas” encima del cuerpo, cerca de la boca fueron encontrados narigueras, una de ellas de oro laminado con incrustaciones de turquesa y una segunda de plata, también con incrustaciones de turquesa.
Una máscara del Dios Lambayeque fue hallada dentro de la tumba pero no colocada sobre el rostro del guerrero de Íllimo, todo parece indicar que esta máscara habría sido parte de un estandarte colocado encima de la cabeza del personaje, este estandarte también habría sido confeccionado con numerosas láminas cuadradas con cobre dorado, las cuales fueron cocidas a un textil. Otro elemento notable encontrado dentro de la tumba fue la presencia de una gran lanza que mide 2,6 metros de largo. Este artefacto tiene una matriz de madera forrado con cobre dorado, su extremo inferior estaba formada por una punta sólida de cobre incrustada en ella, mientras que la parte superior remataba en una forma romboidal con diseños laminados de cabezas de serpientes, rasgos característicos de Lambayeque clásico.
Formando parte del conjunto de ofrendas se colocaron por lo menos hasta 12 cerámicos que se hallaron fragmentados y resquebrajados, alrededor del entierro, Asimismo se depositaron restos de camélidos como una cabeza completa de una posible llama, colocada encima de la lanza de cobre. Al noreste del pie izquierdo del guerrero de Íllimo también se colocaron los restos de camélidos, hallándose los huesos de nueve camélidos. También se documentaron dentro de la tumba, dos quenas trabajadas en hueso que posiblemente corresponden a grandes huesos de camélidos y otros elementos como “tizas de huaca” y varias vasijas de cobre dorado (vasos y jarras), las cuales posiblemente fueron chancadas al momento de depositarlas dentro de la tumba.

Fuente: Museo Bruning. 

1 comentario: